4.1    La madre de Arturo al día siguiente trabajando en su puesto frutas con Arturo siempre a su lado
1.2   Familia de Arturo Sabroso: Padre (Pepe), madre (Elena), Arturo
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La madre, Elena, está ocupada organizando las frutas en su puesto y atendiendo algunos clientes mientras su hijo Arturo la ayuda, clasificando algunas manzanas. El bullicio del mercado se escucha de fondo.

Elena: Arturo, ¿puedes pasar las peras aquí, por favor?
Arturo: Claro, mamá. ¿Crees que hoy vendamos muchas frutas?
Elena: Esperemos que sí, hijo. Ya sabes que cada venta cuenta.
Arturo: (pensativo) Mamá, ¿Por qué siempre mi papá trabaja tanto?
Elena: (suspira) Tu papá trabaja duro para asegurarse de que tengamos lo que necesitamos, Arturo. Ya sabes los explotadores que son en esa fábrica textil, y a veces sus horarios son muy largos, no hay nada que podamos hacer
Arturo: Pero siempre se va antes de que me despierte y regresa cuando ya estoy en la cama. Extraño pasar tiempo con él, si no fuera por la comida que le llevo al trabajo, nunca lo vería, no es justo mamá.
Elena: Lo sé, cariño. También lo extraño. Pero recuerda que todo lo que hace es por nosotros. Quiere asegurarse de que tengamos comida en la mesa y un techo sobre nuestras cabezas.
Arturo: (bajando la mirada) Lo entiendo, mamá. Pero ojalá pudiera verlo más seguido.
Elena: (acariciando el hombro de Arturo) Lo entiendo, mi amor. Trataremos de pasar más tiempo juntos cuando tengamos la oportunidad. Mientras tanto, siempre podemos contar los días para que llegue el domingo, ¿de acuerdo?
Arturo: (sonriendo) no, no estoy de acuerdo mamá, jajaja

Elena y Arturo se ríen, comparten una mirada amorosa y continúan trabajando en su puesto de frutas

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4.2   El padre de Arturo trabajando en la fábrica en muy malas condiciones, a la hora del almuerzo llega Arturo con la comida para su padre (escenas del capataz burlándose de la comida que trae Arturo)

Escenas de la fábrica, se le ve a los obreros trabajando
Arturo llega a la fábrica llevándole el almuerzo a su padre

Arturo: Hola papá, aquí esta tu almuerzo
Padre: Hola hijito, como les fue hoy?
Arturo: ahí, más o menos, creo que menos que más, no había mucha gente hoy en el mercado
Padre: si, es la temporada, la gente anda con muy poco dinero
Arturo: si debe ser porque todo lo quieren gratis, jaja
Padre:  ¿hijo, que hizo tu madre hoy de comida?
Arturo: creo que me dijo “escabeche de pollo” con causa
Padre: mmmm, que rico, ya hijito, ándate con cuidado y no te olvides de hacer tus tareas
Arturo: si papa, estoy al día con mis tareas en el cole

en ese momento pasa el capataz y mirando la comida de Pepe, se ríe burlonamente

capataz: se va al comedor sin botar nada al piso y recuerde que solo tiene 20 minutos
Padre: ya lo sé, no me lo tiene que recordar
Padre: (mientras el capataz se aleja) ya hijo, es hora que regreses a la casa
Arturo: si papá,  me voy
Padre: ya hijo, anda con Dios
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4.3   Víctor va hacia la casa de Félix a hacer una tarea de la escuela, ellos tranquilamente van haciendo la tarea entre bromas en la mesa del comedor, cuando de pronto llega el padre y en la cocina discute con la madre, en medio del caos entre el padre y la madre, los niños escuchan todo

Escena: Comedor de la casa de Félix

Félix: Oye Víctor, ¿viste el partido de fútbol que jugamos en el colegio hoy?
Víctor: ¡Sí! ¡Fue increíble! ¿Viste mi gol al final del partido?
Félix: ¡Claro que sí! Fue impresionante. Estuviste genial en la cancha.
Víctor: Gracias, Félix. ¿Tú has terminado con las matemáticas?
Félix: Sí, por fin. Esas ecuaciones me estaban volviendo loco, pero creo que las resolví todas correctamente.
Víctor: ¡Excelente! ¿Necesitas ayuda con algo más?
Félix: No, estoy bien por ahora. ¿tú has terminado con la tarea de ciencias?
Víctor: Casi, solo me falta repasar un par de páginas más y habré terminado.
Félix: ¡Qué rápido trabajas! Yo siempre me distraigo fácilmente.
Víctor: Bueno, a veces me cuesta concentrarme también, pero hoy estoy en modo súper concentrado.
Félix: Jaja, eso está bien. Ojalá pudiera ser como tú.
Víctor: ¡Seguro que puedes! Solo tienes que encontrar algo que te motive.

Víctor y Félix están concentrados en sus tareas escolares en la mesa del comedor. La madre, Laura, entra en la habitación con una sonrisa cálida.

María: Hola chicos, ¿cómo van esas tareas? ¿Necesitan ayuda con algo?
Félix: ¡Hola, mamá! Estamos bien. Solo estamos terminando unos ejercicios de matemáticas.
Víctor: si señora María, ya estamos casi listos

En ese momento, el sonido de la puerta principal se abre y el padre de Félix, Carlos entra en la casa, preocupado, pero con una sonrisa forzada.

Carlos: ¡Hola familia! ¿Qué tal va todo por aquí?
María: Hola Carlos ¿Cómo estuvo tu día?
Carlos: (preocupado) mmm, nada bien. Solo quiero sentarme y relajarme un poco.

Carlos se dirige a la cocina mientras Laura lo sigue con la mirada, preocupada.

María: Espera un momento, Carlos. ¿Conseguiste el dinero para pagar la deuda?
Carlos se detiene en seco y su expresión cambia a una mezcla de incomodidad y preocupación.
Carlos: (evitando la mirada de María) Todavía no. Pero estoy haciendo todo lo posible por conseguirlo.
María: (frunciendo el ceño) Carlos, esto no puede seguir así. Necesitamos resolverlo antes de que sea demasiado tarde.

La tensión en la cocina aumenta mientras Carlos y María discuten, sus voces elevándose gradualmente.

Carlos: ¡No me presiones, María! ¡Estoy haciendo lo que puedo!
María: ¡Pero necesitamos una solución, Carlos! ¡No podemos ignorar esto! Sabía que tarde o temprano iba a pasar esto, tú y tus malditas apuestas de caballos ya me tienen harta.
Carlos: y que carajos vas a hacer, te vas a largar con tu hijo, te vas a prostituir, dime pues, que carajos piensas hacer
María: (se tapa el rostro y se le caen las lágrimas) no lo sé, no lo sé

La discusión se intensifica, alcanzando un tono más agresivo, mientras los niños, Víctor y Félix, escuchan preocupados desde el comedor, sintiendo el peso de la tensión en el aire.
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4.4   Víctor se despide de Félix en medio de una escena muy triste pero le dice que averigüe el monto de la deuda y que va a hacer lo imposible para ayudarlo.

Víctor y Félix están de pie frente a la casa de Félix, el ambiente está cargado de tristeza después de escuchar la intensa discusión entre los padres de Félix.

Félix: (con la mirada perdida) No puedo creer que esto esté sucediendo, Víctor. Mis padres nunca han discutido así antes.
Víctor: (colocando una mano en el hombro de Félix) Lo sé, Félix. Es difícil verlos pelear de esta manera. Pero quiero que sepas que no estás solo en esto.
Félix: (suspirando) No sé qué hacer, Víctor. Me siento impotente ante esta situación.
Víctor: (con determinación) Escucha, Félix. Sé que parece oscuro ahora, pero siempre hay una luz al final del túnel. Tú y yo juntos podemos encontrar esa luz.
Félix: (levantando la mirada) ¿Cómo podemos hacer eso, Víctor?
Víctor: Primero, necesitamos saber exactamente cuánto es la deuda. ¿Puedes averiguarlo?
Félix: Sí, lo haré. Pero ¿qué haremos después?
Víctor: Después, encontraremos soluciones. Podemos buscar ayuda, hablar con otros adultos de confianza o incluso organizar una colecta. Pero, sobre todo, Félix, no te rindas. La adversidad nos muestra de qué estamos hechos, y sé que tú eres fuerte.
Félix: (con una chispa de esperanza en sus ojos) Gracias, Víctor. Realmente aprecio tu apoyo y tus palabras inspiradoras.
Víctor: No hay de qué, Félix. Somos amigos y estaremos juntos en las buenas y en las malas. Ahora ve y averigua todo lo que puedas sobre esa deuda. Y recuerda, estoy aquí para ti, pase lo que pase.

Félix asiente con determinación, sintiendo un poco de alivio en medio de la tormenta. Se despide de Víctor con un abrazo antes de dirigirse hacia su casa con una nueva determinación en su corazón.

Félix: Gracias, Víctor. Nos vemos mañana en la escuela.
Víctor: Nos vemos mañana, Félix. Y recuerda, siempre hay una solución para cada problema.

Félix observa a su amigo alejarse, sintiéndose inspirado por la fortaleza de Víctor. Está decidido a hacer todo lo posible para ayudar a su amigo y a su familia a superar esta difícil situación.
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4.5    escenas del padre de Manuel Prado hablando con Roberto el dueño de la fábrica, recomendando a su hijo para que trabaje en su fábrica, ambos miembros del partido civilista (que se note claramente que el papá de Alcides se va a quedar sin trabajo)

Escena: En la oficina de Roberto, dueño de la fábrica.

(Mariano entra nervioso en la oficina de Roberto. Este lo recibe con una sonrisa amigable.)

Roberto: ¡Mariano! Qué sorpresa verte por aquí. ¿Cómo estás?
Mariano: Hola Roberto, gracias por recibirme. Estoy bien, pero necesito hablar contigo sobre algo importante.
Roberto: Claro, siéntate. ¿En qué puedo ayudarte?
Mariano: Verás, como sabes, mi hijo Manuel esta por graduarse como contador, y estamos buscando oportunidades para él.
Roberto: Ah, entiendo. ¿Y cómo puedo ayudarte con eso?
Mariano: Bueno, pensé que tal vez podrías considerar ofrecerle un puesto en tu fábrica. Sé que necesitas contadores competentes, y Manuel tiene el talento y la capacitación necesaria.
Roberto: (frunciendo el ceño) Mariano, sabes que no suelo mezclar asuntos personales con los negocios. Pero... claro que entiendo tu situación.
Mariano: Lo sé, Roberto. Pero también sabes que hemos sido amigos durante años, y que ambos compartimos los mismos intereses. Creo que podríamos ayudarnos mutuamente en esto, además tengo a un congresista que puede mover el tema para que condonen tus deudas al fisco, y tu bien sabes que eso es bastante dinero.
Roberto: (suspira) Lo entiendo, Mariano. Déjame revisar algunas cosas y ver qué puedo hacer. Te prometo que tomaré en consideración a Manuel
Mariano: ¡Gracias, Roberto! Significaría mucho para nosotros. Manuel está realmente emocionado por la oportunidad de trabajar contigo.
Roberto: No hay de qué, Mariano. Siempre es un placer ayudar a un amigo. Ahora, ¿cómo está tu familia?

(La conversación se desvía hacia temas más personales mientras Roberto y Mariano continúan hablando durante unos minutos más. Eventualmente, la conversación regresa al tema de Manuel.)

Roberto: Bueno, Mariano, después de reflexionar un poco, he decidido que vamos a darle una oportunidad a Manuel. Estoy seguro de que será un gran activo para la fábrica.
Mariano: ¡Oh, Roberto, no sabes cuánto te lo agradezco! Esto significa todo para nosotros. Prometo que Manuel trabajará duro y demostrará su valía.
Roberto: Por supuesto, Mariano. Estoy feliz de poder ayudarte.
Mariano: ¡gracias, mi hermano!

(La escena concluye con Mariano y Roberto abrazándose y despidiéndose)
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4.6   Escenas familia partido civilista
Roberto el dueño de la fábrica en su oficina conversando con su hombre de confianza sobre la condonación de la deuda que se podría mover en el congreso en su favor, termina con el mensaje de que van a tener que prescindir de los servicios del Contador: José, Padre de Alcides

Escena: Oficina de Roberto, dueño de la fábrica

Roberto se sienta tras su escritorio, mirando algunos papeles. Su gerente general, Carlos, entra en la oficina.

Roberto: Carlos, por favor, siéntate. Necesito hablar contigo sobre un asunto importante.
Carlos: ¿Qué pasa, Don Roberto? ¿Algo está mal?
Roberto: Bueno, no diría que algo está mal, pero hay una situación que necesitamos abordar. Necesito un informe detallado sobre nuestra deuda total con el fisco.
Carlos: Entiendo. Déjeme revisar los registros y preparar el informe para ud.
Roberto: pero antes de que te vayas, ¿Tienes una idea aproximada de cuánto podríamos deber?
Carlos: Sí, tengo una estimación. Según los últimos registros, nuestra deuda con el fisco asciende a alrededor de 1.2 millones de soles.
Roberto: (frunciendo el ceño) Eso es más de lo que esperaba. Necesitamos abordar esto de inmediato. ¿Cuál es el desglose de esa deuda?
Carlos: La mayoría de la deuda proviene de impuestos atrasados y multas por incumplimiento de algunas obligaciones fiscales.
Roberto: (asintiendo) Entiendo. Pásame el informe detallado lo antes posible
Carlos:  de acuerdo don Roberto, Voy a trabajar en el informe detallado y también comenzaré a buscar posibles soluciones para reducir nuestra deuda con el fisco.
Roberto: No, Carlos, no te preocupes en eso, solo prepárame el informe, creo que ya tengo la solución a ese problema. Además, también te quería comunicar que, a partir de la próxima semana, vamos a contratar a un nuevo contador
Carlos: ¿Como? ¿Y José Spelucín?
Roberto: ¡que no has entendido carajo! La próxima semana tendremos un nuevo contador y punto
Carlos: Ok señor, ya regreso con el informe
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