5.1   Escenas de tristeza en la casa de Marco Antonio, los padres no saben cómo decírselo a Marco Antonio, solo le revelan que tiene una enfermedad pero que se va a curar

Padre: Guillermo, Madre: Rosa, Guillermo y Rosa están sentados en la mesa del comedor. Guillermo hojea unos papeles mientras Rosa parece absorta en sus pensamientos.

Guillermo: Rosa, no me puedo concentrar
Rosa: Sí, te entiendo, anoche no pude dormir, me despertaba cada media hora con un dolor en mi corazón, es horrible lo que nos está pasando Guillermo.
Guillermo: No puedo creer que nuestro hijo esté pasando por esto. (Frunce el ceño) Pero ¿qué debemos hacer? ¿Deberíamos decirle la verdad?
Rosa: No lo sé, Guillermo. No sé si Marco Antonio está listo para enfrentar esta realidad. (Se lleva una mano a la frente) Me duele el corazón solo de pensarlo.
Guillermo: Pero ¿y si es lo correcto? No podemos ocultarle la verdad para siempre. De alguna manera, él debe saber lo que está pasando.
Rosa: (Con voz temblorosa) Pero ¿cómo podemos decirle que tiene cáncer? ¡Es solo un niño!
Guillermo: Lo sé, cariño. (Pone una mano sobre la de Rosa) Pero es valiente. Creo que merece saber la verdad y que juntos podemos superar esto como familia.
Rosa: (Con los ojos llenos de lágrimas) ¿Y si no puede soportarlo?
Guillermo: (Con determinación) Entonces estaremos a su lado para ayudarlo en cada paso del camino.
Ambos se quedan en silencio por un momento, sumidos en sus pensamientos.
Rosa: (Con voz quebrada) De acuerdo, Guillermo. Hagámoslo. Pero necesitamos ser fuertes por Marco Antonio.
Guillermo: Sí, lo seremos. Vamos a decírselo juntos.
Escena: En el dormitorio de Guillermo y Rosa, Rosa está sentada en la cama, con la cabeza entre las manos, sollozando silenciosamente. Guillermo entra en la habitación con una expresión grave en su rostro.
Guillermo: Rosa, cariño, ¿estás bien?
Rosa levanta la vista, con los ojos enrojecidos por el llanto.
Rosa: (Entre sollozos) No puedo hacerlo, Guillermo. No puedo enfrentarme a esto.
Guillermo: (Se sienta a su lado y la abraza) Lo sé, cariño. Es difícil para ambos. Pero tenemos que ser fuertes por Marco Antonio.
Rosa: (Rompe a llorar nuevamente) No quiero que sufra. Es solo un niño.
Guillermo: (Con voz suave) Lo sé, amor. Pero él es más fuerte de lo que crees. Y necesita nuestra honestidad y apoyo más que nunca.
Rosa asiente con la cabeza, secándose las lágrimas con un pañuelo.
Rosa: Tienes razón, Guillermo. (Inhala profundamente) Vamos a hacerlo.
Guillermo y Rosa abrazados, preparándose para enfrentar la difícil tarea de hablar con su hijo.
Escena: En el dormitorio de Marco Antonio
Marco Antonio está sentado en su cama, jugando con un juguete. Guillermo entra en la habitación con una sonrisa forzada en su rostro.
Guillermo: Hola, hijo.
Marco Antonio levanta la mirada y le devuelve la sonrisa.
Marco Antonio: Hola, papá. ¿Qué pasa?
Guillermo: (Se sienta junto a él en la cama) Quería hablar contigo sobre algo importante.
Marco Antonio deja el juguete a un lado y presta atención a su padre con curiosidad.
Marco Antonio: ¿Qué pasa, papá? ¿Está todo bien?
Guillermo: (Traga saliva) Sí, hijo, está todo bien. Solo quería decirte que los médicos han revisado tus análisis y... han encontrado que no es nada grave.
Marco Antonio parece aliviado y sonríe.
Marco Antonio: ¡Qué alivio! Pensé que algo malo estaba pasando.
Guillermo: No te preocupes, hijo. Todo estará bien. Solo necesitas descansar un poco y seguir las indicaciones del médico, ¿de acuerdo?
Marco Antonio asiente con la cabeza, feliz.
Marco Antonio: De acuerdo, papá. Gracias.
Guillermo le da un abrazo, conteniendo las lágrimas mientras mira a su hijo.
Guillermo: Te amo, Marco Antonio. Siempre estaremos aquí para ti.

La escena termina con Guillermo abrazando a Marco Antonio mientras intenta contener la emoción, sabiendo que le ha dado a su hijo la esperanza que tanto necesita en este momento difícil.
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5.2 Víctor y Marco Antonio caminando por la calle regresando de la escuela, Marco Antonio le revela a Víctor que tiene una enfermedad, pero Víctor no le hace mucho caso porque está hablando más del problema de Félix

Víctor y Marco Antonio caminan juntos por la acera, con sus mochilas al hombro de regreso de la escuela

Marco Antonio: Víctor, no creo que pueda salir a jugar con ustedes más tarde, tengo que estudiar para el examen de matemáticas
Víctor: pero estudia cuando regresas de jugar con nosotros, no es muy complicado
Marco Antonio: para mi si víctor, mis últimas notas están muy malas
Víctor: bueno, si, tienes razón, mejor quédate a estudiar
Marco Antonio: (Con tono preocupado) ¿Víctor, te puedo contar algo?
Víctor: (Distraído) Claro, ¿qué pasa, Marco?
Marco Antonio: (Serio)anoche mi papá me dijo que la enfermedad que tengo no es muy grave, pero, yo no le creo, se cuando me esta mintiendo
Víctor: (Sin prestar mucha atención) ¿te dijo que enfermedad?
Marco Antonio: (Mirando hacia abajo) no, no me lo dijo, solo que no me preocupara.
Víctor: (Inquieto) Bueno, si te ha dicho que no te preocupes, no te preocupes, ya te va a pasar, solo deja de comer dulces y listo
Marco Antonio: es que los chocolates son tan ricos, apuesto que tu tampoco te aguantas si te ofrecen uno
Víctor: jajaja, no, no me aguanto, me puedo comer 3 o 4  al mismo tiempo, jajaja.

Ambos continúan caminando en silencio durante un momento, absorbidos por sus pensamientos. Luego, Víctor rompe el silencio.

Víctor: (Con un suspiro) Hay algo más que necesito contarte, Marco. Es sobre Félix.
Marco Antonio: (Preocupado) ¿Qué pasa con Félix?
Víctor: (Con tristeza) Anoche vi algo extraño en su casa. Sus padres estaban discutiendo. Yo pensé que su papá le iba a pegar a su mamá, estaba bien feo
Marco Antonio: (Alarmado) ¿De qué estaban discutiendo?
Víctor: (Con pesar) Parece que están a punto de ser desalojados. No tienen suficiente dinero para pagar su casa
Marco Antonio: (Conmocionado) ¿Qué?  No puedo creerlo.
Víctor: (Apesadumbrado) Lo siento, Marco. Sé que tienes tus propios problemas, pero creo que necesitamos estar ahí para Félix también.
Marco Antonio: (Decidido) Sí, pero ¿qué podemos hacer?
Víctor: No lo sé todavía, creo que por ahora debo pensar un poco más.

Los dos amigos continúan caminando, con una nueva determinación en sus corazones para enfrentar los desafíos que les depara el futuro.
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5.3 Escena familia de Alcides, dependen del trabajo del padre

Padre: Lorenzo Madre: Agustina
la familia sentados en la sala de su casa viendo la tv

Alcides: Papá, ¿alguna vez te arrepientes de no haber seguido otro camino en la vida?
Lorenzo: A veces me pregunto cómo habría sido si hubiera tomado decisiones diferentes, pero al final del día, estoy contento con dónde estoy ahora. ¿Por qué lo preguntas, hijo?
Alcides: Papá, ¿crees que debería perseguir mis sueños incluso si parecen difíciles de alcanzar?
Lorenzo: Absolutamente, hijo. Nunca sabrás lo que puedes lograr si no lo intentas. Si realmente quieres algo, ve tras ello con todo tu corazón.
Agustina: (suspira) y que quieres ser de grande hijo?
Alcides: No lo sé todavía mamá, pero me gusta escribir mucho, sobre todo poemas
Agustina: Hay hijito, no sé si te alcanzará para vivir si piensas ser poeta de grande, pero tal vez puedas ser profesor, o no sé, pero bueno, todavía falta mucho, ¿Han visto los precios en el supermercado últimamente? Parece que todo está más caro cada vez.
Lorenzo: (asiente) Sí, es increíble cómo suben los precios. Pero al menos tenemos trabajo, ¿no?
Agustina: (asiente, con una sonrisa leve) Sí, gracias a Dios. Imagino que no todos tienen esa suerte en estos tiempos.
Alcides: (interviene) ¿Creen que vaya a mejorar pronto? Ya no puedo ni comprar las cosas que me gustan.
Lorenzo: (colocando una mano en el hombro de Alcides) Esperemos que sí, hijo. Pero mientras tanto, tenemos que ser inteligentes con nuestro dinero.
Agustina: (mirando a Lorenzo con agradecimiento) Es cierto. Lorenzo, gracias por seguir trabajando duro por nosotros.
Lorenzo: (sonríe) No hay de qué preocuparse, Agustina. Somos una familia y nos apoyamos mutuamente, pase lo que pase.
Alcides: (con determinación) Entonces, ¿qué podemos hacer para ayudar? ¿Recortamos gastos?
Agustina: (asiente) Sí, podríamos revisar nuestro presupuesto y ver en qué podemos ahorrar más.
Lorenzo: (orgulloso) Así es, Todos tenemos que poner de nuestra parte. Pero recuerden, lo más importante es que estamos juntos, pase lo que pase.
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5.4 Lorenzo, El padre de Alcides quien es el contador converso con Roberto el dueño de la fábrica (miembro del partido civilista) y le dice que las ventas han bajado y que van a prescindir de sus servicios, que regrese en 6 meses para ver si lo vuelven a tomar

La escena se desarrolla en la oficina de Roberto, el dueño de la fábrica. Lorenzo está sentado frente a él, con una expresión de preocupación y nerviosismo.

Roberto: Lorenzo, gracias por venir. Tenemos que hablar sobre algo importante.
Lorenzo: Por supuesto, Don Roberto. ¿Hay algún problema en la fábrica?
Roberto: Sí, lo hay. Como sabes, las ventas han estado disminuyendo constantemente en los últimos meses. Y como resultado, hemos tenido que tomar algunas decisiones difíciles.
Lorenzo: (preocupado) ¿Decisiones difíciles? ¿A qué se refiere, Don Roberto?
Roberto: Me temo que hemos decidido prescindir de tus servicios como contador de la fábrica.
Lorenzo: (sorprendido) ¿Prescindir de mí? Pero ¿por qué? Soy el único sostén de mi familia. No puedo permitirme perder este trabajo.
Roberto: Lo entiendo, Lorenzo. Pero la situación económica de la empresa nos obliga a hacer recortes de personal. Es una decisión que no tomamos a la ligera.
Lorenzo: (con voz temblorosa) Pero Don Roberto, yo he trabajado duro para esta empresa durante años. He sido leal y dedicado. ¿No hay alguna otra solución?
Roberto: Lamentablemente, en este momento no veo otra alternativa. Pero te daré un período de seis meses. Si las cosas mejoran para la fábrica durante ese tiempo, estaré más que dispuesto a reconsiderar nuestra decisión.
Lorenzo: (luchando con sus emociones) Lo entiendo, Don Roberto. Pero esto pone a mi familia en una situación muy difícil.
Roberto: Lo siento, Lorenzo. Realmente lo siento. Pero espero que entiendas que esto es necesario para el bienestar futuro de la empresa.
Lorenzo: (respira hondo) Lo entiendo, Don Roberto. Aunque me resulte difícil aceptarlo, estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario por el bien de la empresa.
Roberto: Gracias por tu comprensión, Lorenzo. Valoramos tu contribución a la fábrica y esperamos que podamos trabajar juntos nuevamente en el futuro.
Lorenzo: (forzando una sonrisa) Gracias, Don Roberto. Haré todo lo posible para demostrarle que puedo ser un activo valioso para la empresa en el futuro.

La escena termina con Lorenzo abandonando la oficina de Roberto, con una mezcla de tristeza y determinación en su rostro mientras se enfrenta a la incertidumbre del futuro de su familia.
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5.5   Lorenzo, El padre de Alcides llega a su casa y le cuenta a la madre que lo han despedido, escenas de preocupación porque no les va a alcanzar para los útiles escolares ni para la ropa nueva del colegio para su hijo

[La sala de estar está iluminada con luz tenue. Lorenzo entra por la puerta principal, visiblemente abatido. Agustina está sentada en el sofá, leyendo un libro. Alcides está leyendo un libro

Lorenzo: (Suspira profundamente mientras cierra la puerta) Agustina, necesito hablar contigo.
Agustina: (Deja el libro y se pone de pie, preocupada) ¿Qué sucede, Lorenzo? ¿Paso algo malo?
Lorenzo: (Se sienta junto a ella en el sofá) Me despidieron del trabajo hoy.
Agustina: (Se lleva una mano a la boca, con incredulidad) ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué pasó?
Lorenzo: La fábrica está pasando por una situación financiera difícil. Recortes de personal. Dicen que no pueden mantener a todos los empleados, y yo, como contador he sido el primero en salir
Agustina: (Con preocupación) Pero ¿qué vamos a hacer ahora? ¿La renta?, los gastos mensuales, el colegio de Alcides...ay no,  dios mío
Lorenzo: (Trata de tranquilizarla) Tenemos algunos ahorros. Nos darán para sobrevivir unos meses, mientras encuentro algo nuevo.
Agustina: (Suspira aliviada) si lo sé, pero justo se viene navidad, las vacaciones de Alcides, es terrible, Lorenzo. No esperaba que pasara algo así.
Alcides: (Se acerca, notando la tensión) ¿Qué pasa, papá? ¿Por qué están tan preocupados?
Lorenzo: (Trata de sonreír) Nada, hijo. Solo tu madre y yo estamos teniendo una conversación seria sobre algunas cosas de adultos.
Agustina: (Se agacha para estar a la altura de Alcides) Papá perdió su trabajo hoy, cariño. Pero todo estará bien, ¿de acuerdo? Nos las arreglaremos.
Alcides: (Frunce el ceño, preocupado) ¿Y qué vamos a hacer ahora?
Lorenzo: (Le da una palmada en el hombro) Vamos a encontrar una solución, ¿si? Tal vez pueda buscar un nuevo trabajo o comenzar mi propio negocio. No te preocupes, hijo. Siempre encontraremos una manera.

[La familia se abraza, tratando de reconfortarse mutuamente en medio de la incertidumbre. La escena se desvanece mientras se escucha una suave música de fondo.]
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5.6   Delincuentes llegan de noche a la casa de Petete con pasamontañas