8.1 Luis le reclama a su padre porque le ha regalado los destapadores sin saber que eran para su peor enemigo Víctor
Escena adentro de una carro en movimiento entre Roberto y su hijo Luis
Luis: Papá ¿por qué le diste nuestra donación a la iglesia si sabías que era para Víctor?
Roberto: Bueno, Luis, pensé que era lo correcto. La iglesia ayuda a quienes lo necesitan, y el Padre Emilio me aseguró que sería para una buena causa.
Luis: Pero... ¿y Víctor? Él también necesitaba esa ayuda.
Roberto: Bueno, según el padre, es para ayudar a unos feligreses con sus problemas.
Luis: (gritando y molesto) papá, pero él dijo bien claro que era para Víctor,
Roberto: primeramente, ¡no me levantes la voz! No seas malcriado conmigo, a ver, ¡dime que pasa con ese chico Víctor!
Luis: papá, ¡Víctor siempre habla mal de mí y de nuestra familia! Además, en el colegio lo conocen como ladrón, porque siempre se roba las cosas de mis amigos, y a mi me ha robado siempre dinero
Roberto: ¿qué? ¡Carajo! ¡Porque no me lo dijiste antes! No lo puedo creer, y ese padre Emilio apoyando a ese chico, es una barbaridad, ahora mismo se deben estar burlando de nosotros, con ese tal Víctor, pero esto no se va a quedar así
Luis: no papá, no se puede quedar así, tienes que hacer algo, ese ladrón de Víctor no puede hacer lo que le da la gana
Roberto: No, el que me las tiene que pagar es ese padre estúpido de Emilio
Luis: pero papá, ¿y Víctor se va a quedar con todos esos destapadores?
Roberto: Voy a averiguar bien quien y donde viene ese ladronzuelo, sabes cual es su apellido?
Luis: Haya de la Torre
Roberto: ¿ Haya de la Torre? ¿Es hijo del congresista?
Luis: creo que si papá
Roberto: jajaja bueno, no esperaba más, de tal palo, tal astilla, todos los políticos son ladrones, jajaja, yo me encargo hijo, no te preocupes
Luis: esos ladrones no se pueden seguir burlando de nosotros papá
Roberto: así es hijito
El automóvil se detiene frente a su casa.
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8.2 Roberto llama a Mariano para arreglar un plan en contra del padre Emilio
Roberto está sentado en su oficina esperando ansiosamente por Mariano, después de unos minutos llega Mariano y entra a la oficina
Mariano: Hola Roberto
Roberto: (serio)Hola Mariano, ¿cómo has estado?
Mariano: bien, todo bien, pero ¿Qué sucede? ¿Todo está bien?
Roberto: Lamentablemente, no. Bueno, vamos de frente al grano, se trata de lo siguiente, el día de ayer le entregué una donación al padre Emilio, quien me juró y recontra juró que era para la iglesia, a la hora que nos despedimos me dijo que era para un tal Víctor que por su intermedio se iban a beneficiar varios feligreses, resulta que ese tal Víctor es hijo de Raúl Haya, tu congresista, y que ese chico nos hace muy mala fama en su escuela, en donde estudia Luis, mi hijo y encima es un ladronzuelo
Mariano: (preocupado) pero, y… ¿de cuánto fue la donación?
Roberto: el monto es lo de menos, lo que importa en estos momentos es que El Padre Emilio nos ha engañado, La donación que nos solicitó era para alguien que está en contra de nuestras familias, ¿te das cuenta Mariano?
Mariano: (indignado) si Roberto, es inaudito, te entiendo
Roberto: Raúl ha estado interfiriendo en nuestros negocios durante demasiado tiempo. Vamos a tener que ser mucho mas agresivos a partir de hoy, pero ahora vamos por ese padre, ¿no lo puedo creer? Trabajando para un ladrón
Mariano: (furioso) Ese maldito sacerdote nos ha traicionado. ¿Qué propones que hagamos?
Roberto: Bueno, hay que hablar nuevamente con Muelas para que le den su merecido al padrecito y me lo dejen paralítico, a ver si así nos va a seguir tomando como estúpidos
Mariano: perfecto Roberto, yo me encargo, no te preocupes
Roberto: El Domingo en la misa, ese padre ya no debe estar ahí
Mariano: (decidido) Estoy completamente de acuerdo. Este Padre Emilio pagará por lo que ha hecho.
La escena termina con Roberto y Mariano abrazándose y despidiéndose mutuamente
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8.3 Escenas familia Víctor Raúl
[La escena se abre en una casa acogedora y bulliciosa. Raúl, el padre, está en la sala revisando algunos documentos mientras Zoila, la madre, prepara la mesa para la cena. Los hijos, Víctor, Agustín, Zoila, Lucía y Edmundo están dispersos por la casa, algunos terminando tareas escolares y otros ayudando en la cocina.]
Raúl: (leyendo los documentos) ¡Zoila, cariño, ¿dónde está mi corbata azul? Tengo una reunión importante esta noche.
Zoila: ¡Ahora mismo te la traigo, cariño! ¿Puedes llamar a los niños para cenar?
Raúl: ¡Víctor! ¡Agustín! ¡Lucía! ¡Edmundo! ¡La cena está lista!
[Arístides, el sobrino de Raúl, entra por la puerta con una mochila y un estuche de violín.]
Arístides: ¡Hola, familia! ¿Listos para una cena épica?
Víctor: (entusiasmado) ¡Sí! ¡Hoy es un día especial! (muestra su diploma)
Agustín: (bromeando) ¡Oh, mira quién se cree el rey del castillo ahora!
Lucía: (riéndose) ¡Felicidades, Víctor! Pero no esperes que te sirvamos la cena en bandeja de plata por eso.
Víctor: (riéndose) ¡Gracias, hermana! No me lo esperaba, pero sí que me lo merezco.
Arístides: (observando el diploma) ¡Vaya, Víctor! ¡diploma de honor! de verdad, primo, te lo mereces, eso y mucho más, te felicito, y ¿Cuáles son tus planes a futuro?
Víctor: (orgulloso) ¡Lo normal Arístides! Salvar al mundo, resolver ecuaciones cuánticas... ¡lo normal! Jajaja, que presumido, ¿no? jajaja mejor vamos a sentarnos porque la verdad es que me muero de hambre
Raúl: (entra a la sala con la corbata puesta) Bueno, bueno, ¡suficiente alarde por hoy! Arístides, ¿cómo va tu pasión por el violín y el arte?
Arístides: (entusiasmado) ¡Ah, tío Raúl! ¡Mis dedos están ansiosos por tocar las cuerdas y mis manos están hambrientas de lápiz y papel!
Zoila: (sirviendo la cena) Bueno, parece que vamos a tener un concierto privado esta noche.
Edmundo: (entusiasmado) ¡bien primo! ¡Yo quiero ser el primero en aplaudir!
Agustín: (bromeando) ¡Espero que no toque tan mal que nos den ganas de taparnos los oídos con las servilletas!
Todos: (riendo)
Víctor: primo, yo te voy a acompañar, ¿qué te parece una de Mozart?
[La familia se sienta a la mesa y comienza a cenar, compartiendo anécdotas del día y disfrutando de la compañía mutua. La escena termina con Arístides y Víctor sacando sus violines y comenzando a tocar una melodía de Mozart, todos disfrutan de la música]
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8.4 el padre Emilio se reúne con Víctor y le entrega las cajas con los destapadores
La escena empieza con el padre Emilio tocando la puerta de la casa de Víctor y 5 cajas con destapadores a sus pies
Zoila: Buenas padre Emilio, que alegría y gusto tenerlo por aquí,
Padre Emilio: Buenas tardes Zoila, que gusto verla
Zoila: el gusto es mío padre, ¿Qué lo trae por estos lares?
Padre Emilio: he venido a hablar con Víctor, como usted sabe , él es un joven muy comprometido con su comunidad, y tengo una buena noticia para él
Zoila: muy bien padre, pase por aquí, tome asiento, voy por Víctor
Víctor: Padre Emilio, ¿qué lo trae por aquí?
Padre Emilio: (sonriendo) Tengo noticias para ti, Víctor. Una familia adinerada de nuestra parroquia ha decidido hacer una donación para ayudar a la causa que mencionaste anteriormente.
Víctor: (interesado) ¿De verdad? Eso es increíble, Padre Emilio. ¿Qué tipo de donación es?
Padre Emilio: (con una leve pausa) Bueno, es algo... inusual. Han donado mil destapadores.
[Víctor parece desconcertado por un momento, pero luego una chispa de determinación brilla en sus ojos.]
Víctor: (pensativo) Mil destapadores... Bueno, eso es algo.
Padre Emilio: Sé que puede no ser lo que esperabas, pero es lo que tenemos. ¿Cómo te gustaría proceder?
Víctor: (con decisión) Lo tomaré, Padre Emilio. Quizás no sea lo que esperábamos, pero seguro que encontraremos una forma de hacer que esta donación marque la diferencia.
Padre Emilio: (sonriendo) Eso es lo que me gusta de ti, Víctor. Siempre encuentras una manera de hacer el bien.
Víctor: Muchas gracias, padre, yo sabía que siempre puedo contar con usted
Padre Emilio: no, de nada Víctor, espero que nunca dejes de ayudar a la gente, tienes un gran corazón
Víctor: usted también padre
[Los dos se despiden y Víctor toma los destapadores con determinación. Mientras los examina, su mente comienza a trabajar en un plan para convertirlos en dinero que pueda ayudar a la familia en apuros.]
Víctor: (para sí mismo) Mil destapadores... Tal vez pueda organizar una venta benéfica o algo así. De alguna manera, encontraré la manera de convertirlos en dinero real
[La escena termina con Víctor saliendo de la iglesia, con los destapadores en mano, listo para poner en marcha su plan.]
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8.5 Víctor busca a Félix y le cuenta su plan para vender los destapadores en la calle
(Víctor camina apresuradamente hacia la casa de Félix para darle la noticia de los destapadores y la necesidad de salir al mercado a venderlos
María: Hola Víctor, ¿cómo estas?
Víctor: Bien Sra. María, puedo ver a Félix
María: si hijo, espera un momento, ahí lo llamo
Víctor: ¡Félix, por fin te encuentro! ¡Necesito hablar contigo!
Félix: (sorprendido) ¿Qué pasa, Víctor? ¿Por qué estás tan alterado?
Víctor: ¡Lo hice, Félix! ¡Conseguí una donación de destapadores que nos van a servir para conseguir el dinero que tu familia necesita
Félix: (incredulidad) ¿De verdad? ¿Cómo lo hiciste?
Víctor: (entusiasta) fue a través del padre Emilio, él nunca me falla. Son 1000 destapadores en total. Estuve pensando y tenemos que salir este fin de semana al mercado para venderlos
Félix: (vacilante) ¿Qué? No te pases Víctor, nunca he vendido nada, y ponerme a vender destapadores, no, que vergüenza Víctor
Víctor: (serio) Félix, escúchame. Esto es importante. ¿Recuerdas el desalojo que enfrenta tu familia? Tienes que superar tu vergüenza, además no es nada malo, es por una buena causa, ya déjate de tonterías
Félix: (resuelto) Está bien, Víctor. Haré esto por mi familia. Pero... (dudoso) ya sé, , espérate un ratito (Félix entra a su cuarto y sale con una máscara puesta) con esto nadie me reconocerá
Víctor: jajaja, ok Félix, esta bien, con eso mas bien te van a pedir autógrafos y fotos, jajaja
(Félix asiente, aceptando la propuesta de Víctor. Ambos se preparan para enfrentar el desafío que tienen por delante, determinados a salvar la situación de la familia de Félix.)
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8.6 le tienden una trampa al padre Emilio ( lo citan para una donación y era una trampa)
El chato, quien es la mano derecha de muelas llega al salón parroquial en busca del padre Emilio
Padre Emilio: Buenas tardes, yo soy el padre Emilio, en que puedo servirlo
Chato: Buenas tardes, Padre Emilio. Permítame presentarme, soy Renato, pero me llaman chato
Padre Emilio: [curioso] ¿chato? No lo he visto antes, ¿verdad?, ¿en qué puedo ayudarlo?
Chato: [con un tono confiado] Verá, Padre Emilio, yo he venido en representación de un personaje filántropo que desea colaborar con la iglesia, pero que por obvias razones siempre prefiere permanecer en el anonimato, usted sabe, tanta delincuencia por todos lados, ¿verdad?
Padre Emilio: [agradecido] Es muy amable de su parte. ¿y En qué forma está interesado en ayudar?
Chato: [con entusiasmo fingido] El quisiera hacer una donación significativa para apoyar sus esfuerzos. ¿Le podría entregar el lugar y la hora indicada para que usted se apersone a recibir la donación?
Padre Emilio: [sorprendido pero encantado] ¡Por supuesto! Estaría encantado de reunirme con ustedes. ¿Cuándo y dónde le gustaría encontrarnos?
Chato: [le entrega un papel en la mano con direcciones] Aquí está la información padre, asegúrese de asistir, mi representado se sentirá muy afortunado de conocerlo y ayudar a la iglesia
Padre Emilio: [asintiendo] ¡Perfecto! Estaré allí sin falta. Gracias nuevamente por su generosidad.
Chato: [con una sonrisa invisible] El placer es mío, Padre Emilio.
(El chato se retira y el padre Emilio mira el papel con las direcciones con gestos de incredulidad)